Como dijo John Lennon.



Todos alguna vez en mayor o menor medida (o mejor dicho miles de veces) tenemos decepciones, sufrimos perdidas, o no logramos conseguir alguno de nuestro objetivos, vamos que las cosas no nos salen tal y como habíamos planeado en un principio. Es por ello que en muchas ocasiones nos sentimos desilusionados, dolidos o deprimidos.

Y aunque sepamos que es imposible controlar todo lo que ocurre a nuestro alrededor, (a más de uno le gustaría) no podemos dejar de enfadarnos por no poder hacerlo. Que llueva el fin de semana que justo ibas ir a la playa, que te hayan despertado temprano las obras del vecino el único día que puedes dormir, u otros asuntos de mayor peso como; el amigo que nos decepciona, la pareja que nos ha dejado, o no haber conseguido un trabajo son algunas de las miles de cosas que suceden pero que no entran dentro de nuestros planes.

La cuestión es que rechazar continuamente aquello que nos ocurre y aferramos a lo que podría ser y no fue, solo hace que persista el malestar en nosotros. La alternativa (el plan B) es la respuesta a una realidad que se nos presenta continuamente cambiante.

Vivir en sintonía con la vida es aceptar la realidad tal cual nos llega. Debemos tomar aquello que se nos presentan tal y como es. Dejar de repetirnos frases del tipo- sí pero si hubiese hecho, si él/ella hubiese dicho, si yo hubiese hecho, ¿de qué sirve?. Y aunque estadísticamente la gran mayoría de la los acontecimientos se desenvuelven de manera diferente a la deseada nosotros seguiremos empeñados en que siempre tiene que ser todo exactamente como queremos que sea (¿se puede ser más cabezota?).

La pregunta es, ¿Por qué empeñarnos en vivir de una manera tan cuadriculada y perfecta en una realidad que por sí misma es imperfecta?

Tómate tu tiempo y piensa un momento en toda esa energía que gastas no queriendo aceptar algo que te ocurrió. Y ahora imagina como sería emplearla en impulsar un nuevo camino. Preferimos coger el papel de víctima porque echarle la culpa al entorno en vez de tomar la riendas (y empezar a responsabilizarnos de lo que habrá que hacer a partir de ahora)es lo más práctico y cómodo pero no lo más correcto.

No tenemos control de lo que nos ocurre pero sí de nuestra manera de reaccionar a lo que nos pasa y esa plasticidad ante las cosas es la verdadera clave para ser feliz.

Y es que como dijo John Lennon “la vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes.”

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